problemas de conducta en niños

problemas de conducta en niños

Cuando se habla de trastornos de la conducta describimos aquellos comportamientos que son considerados inaceptables socialmente. Una de las dificultades más temidas por todos los padres son los problemas de conducta en niños/as. Este tipo de problemas suelen incrementarse con el paso del tiempo, siendo cada vez más precoz la edad de inicio. Existen ciertas actitudes que se tomarán como normales como pueden ser: negarse a hacer lo que los adultos dicen aunque insistan, ser groseros y decir palabrotas, tener rabietas, pegar a otras personas o romper cosas que son importantes para otros. Sin embargo, a veces se puede llegar a desarrollar un patrón de conducta verdaderamente hostil. En estos casos, no hablamos ya de situaciones puntuales, sino de un auténtico trastorno del comportamiento: cuando el niño se comporte con descaro, desobedeciendo y siendo agresivo repetidas veces y lo haga durante algunos meses o más tiempo; cuando su comportamiento haga que el niño
no pueda llevar una vida normal y rompe de forma grave las normas establecidas.

CAUSAS DE LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA EN NIÑOS/AS:

Son varias las causas que pueden desembocar estos problemas de conductas en niños/as:

  • Las consecuencias de la conducta: la educación tiene por finalidad enseñar al menor las consecuencias de sus acciones. Así, los menores aprenden que, ante
    determinados comportamiento, pueden recibir refuerzos o castigos. Un problema educativo sería por tanto, cuando ante una conducta inapropiada del menor, en vez de ser castigado, es premiado; un ejemplo de esto sería cuando el menor tiene una rabieta y, en vez de ignorarlo, le damos lo que pide. En estos casos, el menor aprende que tener rabietas surte efecto y consigue lo que quiere.
  • Apego paterno: está demostrado que tiene una importancia crucial en el desarrollo de la personalidad. Es tal su importancia, que puede influir en el desarrollo de la autoestima, control emocional y personalidad del menor.
  • Personalidad del niño/a: cada persona puede responder de manera diferente ante unos mismos estímulos. Siendo así que, del mismo modo, cada niño/a puede desarrollar una personalidad distinta ante una misma situación. Es por ello, que cada persona es única y tiene un temperamento y actitud propia.
  • Factores externos: Existen otros elementos que pueden influir en cómo el menor se comporta, como son las relaciones sociales, el entorno socioeconómico, experiencias vividas, etc.

SÍNTOMAS DE LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA EN NIÑOS/AS:

Los problemas de conducta en niños/as se manifiestan de manera gradual, dificultando esto muchas veces la identificación del problema, ya que se puede ver ocultado por la simple personalidad del menor. Sin embargo, existen unas señales de alarma que nos pueden indicar la existencia de dichos problemas de conducta:

  • El niño/a se enfada frecuentemente.
  • No acepta las normas establecidas, ya sea en el ámbito familiar o en cualquier otro.
  • Tiene una actitud desafiante, ya sea verbalmente, con la postura o con la mirada.
  • Contesta con malas maneras.
  • No obedece las normas.
  • Muestra fracaso escolar.
  • Amenaza o daña a personas o a sus pertenencias.
  • Roba, se apropia o daña objetos ajenos.
  • No asume responsabilidades por sus actos
  • Se inician tempranamente en el consumo de alcohol, drogas o sexo.
  • Es rencoroso/a o vengativo/a.
  • Tiene actitudes crueles, con otros niños o con animales.
  • Miente con frecuencia.

TIPOS DE PROBLEMAS DE CONDUCTA EN NIÑOS/AS

Existen tres grandes subtipos diferenciados, cada uno de estos presenta unas características y rasgos particulares. De este modo, encontraríamos los siguientes:

  • Tipo negativista desafiante (desobediencia): Son aquellas conductas en las que los/as niños/as dicen siempre “no”, siendo así que, se considera uno de los principales
    inconvenientes a los que deben enfrentarse tanto padres como profesores. La desobediencia forma parte del desarrollo habitual de los/as niños/as en ciertas edades. Por lo general, este tipo de conductas pueden darse en el ámbito familiar, social o escolar, de manera aislada. Sin embargo, en aquellos casos más graves, pueden darse en todos ellos a la vez.
  • Trastorno explosivo intermitente (rabietas): Hacen referencia a las expresiones reactivas con las que algunos/as niños/as manifiestan su desacuerdo o enfado. Se trata de un comportamiento habitual en niños/as de entre 2 y 3 años, aunque tiende a desaparecer en torno a los 5 y 6 años. Lo más característico de este trastorno es que se produce sin previo aviso, y con una intensidad desproporcionada. Además, vienen motivados por una absoluta incapacidad para autogestionar las emociones, lo que significa que no son intencionados.
  • Trastorno de conducta: Se engloban aquellos casos en los que el menor no acepta reglas en casa, ni normas sociales, ni respeta derechos ni propiedades ajenas. Se trata, por tanto, de uno de los problemas de conducta en niños/as más graves que se pueden encontrar.

CÓMO REDUCIR LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA

Los problemas de conducta en niños/as pueden resultar complicados de tratar. Existen diferentes niveles e intensidades de cada tipo de trastorno, por lo que no hay un único
tratamiento. Para reducir este tipo de comportamientos, además de conocer y adaptar algunas técnicas de modificación de conducta con las que cuentan los profesionales y que nos pueden ser útiles, resulta fundamental la prevención. Para ello es necesario:

  • Definir reglas de comportamiento y asegurarnos de que el niño/a las ha comprendido a través de la conversación, por ejemplo, haciendo que el niño/a las repita. Estas
    reglas deben describir el comportamiento esperado del niño/a y las consecuencias de cumplir dichas reglas o no.
  • Enseñar conductas prosociales, mostrarles que nuestros comportamientos tienen consecuencias.
  • Elogiar y/o premiar el buen comportamiento.
  • Mantener la calma.
  • Favorecer las elecciones.
  • Reorganizar la rutina. Por ejemplo: si algo que le gusta al niño/a ocurre después de algo que no le gusta, como jugar a la pelota después de hacer los deberes, esta
    situación lo que hará es aumentar la motivación del menor para hacer los deberes, ya que es más fácil pasar de una actividad desagradable a una actividad agradable.
  • Mantener nuestra atención en la conducta apropiada. Cambiar el foco de atención negativa hacia una perspectiva positiva; por ejemplo, si el niño/a siempre se levanta
    a los cinco minutos de estar haciendo los deberes, podemos enfocar nuestra atención hacia la conducta apropiada que ocurre en los cinco primero minutos que el niño/a se mantiene sentado/a.

Esperanza Escobar Moraga. 

Graduada en Psicología. Alumna en prácticas externas del Máster General Sanitario 2021(UNED Albacete).

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